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A principios de los 50 Chrysler empezó su idilio con Ghia y Ford no quiso quedarse atrás en ese amor entre continentes con esa mezcla entre tecnología y diseños que se aportaban por ambas partes a partes iguales.
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Este fue un encargo personal de Henry Ford II a Boano Carrocerías de Turin.
Conjuga el típico estilo invernadero con el estilo aeronautica de guerra.
La doble óptica vertical habla por si sola...da carácter...
Si os fijáis con detalle en el salpicadero, a parte de ser precioso, es escamoteable, la parte de abajo se desliza hacia arriba dejando un salpicadero uniforme, como podéis ver en las siguientes dos imágenes.
El motor es un V8 que rendía 200cv acoplado a na caja de cambios automática de 4 velocidades.
Fuentes: Wikipedia & Fotos Google
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